1. Los
seres humanos podemos crear nuevas neuronas a lo largo de toda la vida.
2.
El esfuerzo para crear nuevas neuronas puede incrementarse mediante el esfuerzo
mental.
3.
Los efectos son específicos: dependiendo de la naturaleza de la actividad
mental, las neuronas nuevas se multiplican con especial intensidad en distintas
zonas cerebrales.
Las
nuevas neuronas van a parar a las zonas del cerebro que más usamos: esto es lo
que se denomina neuroplasticidad. La actividad puede moldear la mente. La
corriente científica dominante respalda la afirmación de que la vida mental
intensa desempeña un papel esencial en el bienestar cognitivo en las etapas
avanzadas de la vida.
La
investigación actual sugiere que la neuroplasticidad puede ser clave para el
desarrollo de muchos tratamientos nuevos y más eficaces para el daño cerebral,
ya sea como resultado de una lesión traumática, un accidente cerebrovascular
(ACV), el deterioro cognitivo relacionado con la edad, o cualquier enfermedad
degenerativa (Alzheimer, Parkinson…) incluso en caso de parálisis cerebral.
La
neuroplasticidad no sólo ofrece esperanza a las personas que sufren de
discapacidades cognitivas, tales como la dislexia, etc. sino que da
lugar a importantes avances en el tratamiento de la depresión, la anorexia y
otros trastornos conductuales y emocionales.
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